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diariosanferminero

8 de julio: Corre, corre que te pillo

Encierro Mi corazón aún late a toda velocidad. Hola sanfermineros, ¿qué tal todo? Yo bien, he vuelto a nacer, no sabéis lo contento que estoy aquí escribiéndoos, porque estoy significa que estoy vivo. Aún tengo el miedo metido en el cuerpo. Bueno os cuento todo por partes, pero entenderme que la situación me haga hasta desordenar las frases.
La noche sanferminera fue genial. Me encontré con un montón de gente conocida, todos super simpáticos. La verdad es que me lo pasé muy bien. Entre baile y baile llagaron las 7 de la mañana. Ahí es cuando me di cuenta que en breve llegaría la hora de la verdad.
Una vez limpias las calles del recorrido, los agentes de la Policía Municipal de Pamplona han dado paso a todos los mozos para que se vayan colocando en el tramo en el que quieran correr. Mi amigo Javi y yo, los más valientes del grupo, somos los únicos que hemos decidido correr algunos metros del encierro. Nos hemos colocado en la calle Estafeta, ya sé que lo reglamentario es comenzar la carrera desde los corrarillos de Santo Domingo, pero para primer día ya está muy bien.
A las 8 en punto de la mañana escuchamos todos el cohete anunciador de que la puerta de los corralillos se abrían. Mis piernas comenzaron a temblar. En unos segundos tendría a los 6 toros a mi lado. El nerviosismo se contagiaba y a todos los mozos que estaban a mi alrededor se les notaba cara de angustia.

Encierro
Casi sin darme cuenta llegaron los corredores que habían emprendido el recorrido en Santo Domingo junto a los toros. Agarré a mi amigo Javi y nos fuimos a un lateral de la calle, casi donde la puerta de la tienda de Kukuxumusu. Un astado pasó a poca distancia de mi espalda. Yo no quise mirar, cerré los ojos y no quería pensar en nada, tan solo en que pasara ese momento. Afortunadamente el toro no me rozó, pero al pensarlo lo paso mal, de hecho me tiemblan las manos y casi no puedo escribir en el teclado. Me voy a ir a tomar un vaso de agua, a ver si me tranquilizo un poco.
Ay...qué mal rato he pasado esta mañana. Como no tenía ni ganas de desayunar me he ido a casa a dormir, que mi cuerpo lo necesitaba. Ahora comeré un poco y de nuevo por ahí. Así son los Sanfermines, se mezcla el día con la noche y si no fuera por mi diariosanferminero no sabría ni en qué día vivo. Mañana os cuento más cosas y muy interesantes porque me espera un día muy naranja. No os puedo dar más pistas. Hasta mañana sanfermineros!

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