Día 15: vuelta a casa
¡Por fin! Ya estoy en casa. Después de nueve días de gritos, malos olores y gente rara he vuelto a la realidad. Lo primero que he hecho es ir a casa de mis padres a coger a mi perra, Cane, y después, me he ido a mi piso. En cuanto he llegado, he tirado la maleta al suelo y me he tumbado sobre la cama. No se oía nada, ni un suspiro ¡Qué paz! He estado así un rato, hasta que me ha apetecido beber algo. Mientras iba hacia la cocina, me he cruzado con el contestador y he visto que tenía el botoncito rojo. Tras nueve días fuera de casa, pensaba que me iba a encontrar varios mensajes, pero no ha sido así. Sólo tenía uno y era de mi jefe (que también es mi ex) diciendo que todavía no me podía ir de vacaciones, que debía entregar una especie de memoria del viaje.
No podía salir todo bien, por supuesto. He borrado el mensaje, he bebido mi vaso de agua y me he puesto a deshacer la maleta. He sacado la caja de pastas de Beatriz, una pastelería que está en la calle Estafeta, muchas postales: la Plaza del Castillo, la Taconera, el encierro
, un pequeño peluche de toro que le había comprado a mi sobrina pequeña y los regalos del mercadillo de Antoniuti. La ropa blanca, por lo menos en su origen, directamente la he tirado a la basura y el resto a la lavadora.
Una vez que he acabado con la maleta, he comenzado con la cámara digital. Me he puesto a pasar todas las fotos al ordenador y elegir las que quería revelar. Sin lugar a dudas mis preferidas son el chupinazo desde el Ayuntamiento, el encierro desde la valla en la curva de la estafeta, y, por supuesto, el "Pobre de mi", el acto que más me gustó de todas las fiestas.
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Anónimo -
M.L -
A? -